En un mundo cada vez más interconectado y consciente de la responsabilidad social, las empresas están asumiendo roles que van más allá de la generación de beneficios económicos. Una de las áreas en la que pueden hacer una contribución significativa es en la promoción de la conciencia ciudadana entre sus colaboradores. Este espacio explora por qué es importante para las empresas fomentar esta participación, así como que cuidados se debe tener y los posibles los beneficios que pueden derivarse tanto para el colaborador, la empresa y la sociedad en general.
Se cita algunas formas o ámbitos en donde la empresa puede fomentar la participación de sus colaboradores:
- Actividades comunitarias de ayuda o mejora de población en situaciones de crisis por algun fenómeno geológico, metereológico, ecológico, sanitario o de alteración intempestiva del entorno.
- Cuidado del medio ambiente o de la naturaleza, en programas ecológicos de la propia empresa o institucionales en donde se trabaje efectivamente en la preservación preventiva y/o correctiva de nuestro medio ambiente.
- Actividades sociales y comunitarias para sectores menos favorecidos, en esquemas de sanidad, salud, educación, capacitación entre otros.
En general todas aquellas iniciativas relativas a la contribución activa y voluntaria para el mejoramiento social, económico y ambiental por parte de la empresa (RSE), además de:
- Fomentar la participación en actividades cívicas y electorales acorde a su ideología y preferencias. Alentando a los empleados y trabajadores a votar, informarse y ser parte activa de los procesos electorales
Como todo lo que desarrolla en la empresa, tiene sus esquemas positivos y algunos riesgos o inconvenientes, pero tener en cuenta que las acciones que promueven el bienestar comunitario y de participación pueden parecer como actividades con beneficios intangibles, mas existen múltiples estudios y reportes que demuestran que las empresas con programas de responsabilidad social experimentan mejores resultados financieros a largo plazo.
Algunos otros posibles beneficios pudieran ser:
- Mejoran la imagen o reputación de la empresa y pueden atraer tanto a clientes como al talento que valora la responsabilidad social.
- Fomenta sentido de pertenencia y responsabilidad.
- Desarrolla habilidades y competencias, que son transferibles al entorno laboral. como son el liderazgo, la gestión de proyectos, el análisis, la resolución de problemas la capacidad de escucha y la capacidad de trabajar en equipo.
Pero también es fundamental que la empresa maneje esta participación con vision y cuidado para evitar problemas, así mantener la coherencia y efectividad de sus iniciativas. A continuación, se describen algunos criterios que la organización debe observar al fomentar la participación social y cívica de sus colaboradores
- Política de neutralidad: La empresa debe establecer claramente que sus iniciativas de participación cívica son neutrales desde el punto de vista político y religioso.
- Participación voluntaria y con equidad: La participación debe ser completamente voluntaria. Los colaboradores no deben sentirse obligados a participar ni recibir presiones directas.
- Equilibrio trabajo con la vida personal: Asegurar que las iniciativas no interfieran con las responsabilidades laborales o alterar el equilibrio entre la vida laboral y personal de los empleado
- Iniciativas Inclusivas: Promover iniciativas que sean inclusivas y que consideren la diversidad de la fuerza laboral. Esto implica apoyar causas que resuenen con diferentes grupos y comunidades tanto dentro como fuera de la empresa
- Comunicación con claridad y transparencia: Realizar comunicados sencillos, claros y sin sesgos de ningun tipo; así como Informar a los empleados sobre cómo se seleccionan las causas apoyadas, cómo se gestionan los recursos y cuál es el impacto de las actividades realizada
- Congruencia: Es crucial que exista una congruencia entre la gestión interna de la empresa y sus esfuerzos de fomentar la participación social o comunitaria. Por ejemplo, si una empresa promueve iniciativas enfocadas en la conservación del medio ambiente y la lucha contra la contaminación, debe asegurarse de que sus propias operaciones sean coherentes con estos objetivos.
En resumen el impulsar la labor social y la participación ciudadana de los colaboradores no es solo una cuestión de responsabilidad social, sino una estrategia empresarial inteligente. Al fomentar un entorno donde los empleados se sienten motivados para contribuir en sus comunidades y participar activamente en la vida cívica, las empresas no solo mejoran su imagen y clima laboral, sino que también desarrollan un equipo más capacitado y comprometido. En última instancia, esta práctica beneficia tanto a la empresa como a la sociedad en general, creando un ciclo virtuoso de compromiso, desarrollo y bienestar compartido.