Como empresario o director de un negocio, has escuchado innumerables referencias de la importancia de la planeación estratégica, esto se debe a que es un proceso importante para cualquier empresa, que le indica la dirección correcta para cumplir con sus objetivos fundamentales o estratégicos. En esencia podemos decir que es el proceso de establecer objetivos a largo plazo y desarrollar un plan para alcanzarlos. Implica investigar, analizar y evaluar diversos factores que pueden afectar al éxito de la empresa, como son su giro, competidores, clientes, variables del mercado y sus operaciones internas.
Uno de los objetivos de la planeación estratégica es el alinear los recursos y actividades de la organización para crear una ventaja competitiva sostenible. También es importante incluir a las partes interesadas internas, como el personal, los proveedores y los clientes, en el proceso de desarrollo de las estrategias.
La importancia de la Planeación Estratégica
Te preguntarás el por qué ayuda a que una empresa desarrolle y vaya por el camino para alcanzar sus objetivos. Al comprender su entorno interno y externo, las organizaciones se sitúan en su realidad y a partir de la misma pueden crear estrategias que fundamentan y soporten las ventajas competitivas que se requieren y así alcanzar sus metas y objetivos. Los planes estratégicos deben supervisarse periódicamente para garantizar que se siguen y actualizar cuando sea necesario en respuesta a condiciones o circunstancias cambiantes. Con una estrategia bien diseñada y ejecutada, las organizaciones pueden prepararse para el éxito a largo plazo.
Los Pasos de la Planeación Estratégica
Siendo muy conceptuales y sin entrar en muchos detalles, el primer paso en la planeación estratégica es identificar las declaraciones de Misión y Visión de la organización, esto nos sirve para ubicar el para que se está y servir de guía a lo que se desea llegar y con ello poder tomar decisiones que nos lleven a resultados futuros. Estas declaraciones deben ser breves, claras y concisas para que sean fáciles de recordar y consultar cuando sea necesario. La declaración de misión debe describir lo que representa la empresa, mientras que la declaración de visión establece sus objetivos y aspiraciones a largo plazo
Una vez establecidas éstas, es importante realizar un análisis del entorno externo para comprender los cambios que se están produciendo en el entorno empresarial. Esto incluye analizar el panorama competitivo, comprender las necesidades y preferencias de los consumidores, con ello detectar las oportunidades que se presentan y las posibles amenazas a las que podríamos enfrentar y desarrollar planes y acciones que nos permitan aprovechar las primeras y minimizar las segundas. También es importante analizar la realidad interna de la empresa para conocer sus puntos fuertes y débiles, con esta información trabajar para aprovechar y potenciar las fortalezas, a la vez tratar de disminuir y de ser posible eliminar las debilidades.
El siguiente paso consiste en fijar objetivos y desarrollar estrategias para alcanzarlos haciendo uso de las fortalezas y recursos que tenemos. Los objetivos deben ser realistas y alcanzables, y las estrategias deben diseñarse para aprovechar los recursos existentes con el fin de lograrlos. Las estrategias pueden incluir iniciativas de eficientar procesos de tal forma que permitan la reducción de de costos, otro enfoque es la creación de nuevos productos o servicios o la mejora de los existentes, aprovechar oportunidades como lo es la expansión a otros mercados o desarrollar esfuerzos de captación de nuevos clientes. Sin dejar de tener en cuenta cómo pueden afectar los factores externos a estos planes
Una vez realizados los puntos anteriores, es importante tener el plan estratégico por escrito, formalizado y con ello difundir en la organización las aportaciones y responsabilidades que cada área tiene para alcanzarlos. Este plan debe desarrollar un programa que incluya plazos, así como debe delimitar responsabilidades y asignar recursos a proyectos o tareas concretas que estén contenidas en el mismo. Por último, el plan debe incluir métricas e indicadores de negocio para medir el progreso hacia los objetivos.
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