El fin de año es un periodo de tiempo que invita al análisis y la reflexión, analizar lo que paso en el año por concluir, que experiencias y aprendizajes se derivan de lo acontecido, desde definir los propósitos nuevos y trazar derroteros , pero existe un concepto que hay que tener claro para realizar este proceso de reflexión y resolución, saber distinguir entre proposto y objetivo es fundamental, definir a partir de las diferencias es importante, porque mucho de lo que no se logra o se trabajo adecuadamente es porque se quedo como un buen propósito y no como un objetivo , expliquemos mas esto
Un propósito normalmente lo entendemos como una intención de ser o hacer, mientras que los objetivos son metas específicas y cuantificables, las cuales van cambiando conforme a los retos o situaciones a los que esta se enfrenta.
Más no es la intención del presente ensayo ver las diferencias a partir del significado y etimología de las palabras, si no entrar en el terreno de la gestión del negocio y que implica cada una de ellas, que aportan y como se complementan , mas si poderlas diferenciar para poder diseñar y desarrollar convenientemente la planeación y gestión de la empresa
Aunque entrelazados cuando se desarrolla la planeación y posterior ejecución, cada uno posee características distintivas y roles que desempeñar en la consecución del éxito organizacional.
Propósito: El Norte Permanente Para efectos de la gestión del negocio, el propósito es la brújula existencial de una empresa, ofreciendo una dirección inmutable y declarando su razón de ser. Es una visión a largo plazo que encapsula las aspiraciones más profundas de la organización y se manifiesta a través de su misión y valores. Un propósito bien articulado responde al porqué detrás de cada acción y decisión de la empresa, desde la alta dirección hasta el último escalafón operativo. Es la semilla de la cultura y dicta cómo la empresa ve su papel en la sociedad y en la vida de sus empleados, clientes y comunidades. Por ejemplo, una empresa cuyo propósito sea “inspirar y nutrir el espíritu humano” va más allá de vender un producto; busca resonar emocionalmente con cada interacción.
Objetivo: El Itinerario Concreto Los objetivos, en contraste, son las metas específicas, cuantificables y temporales que se trazan para materializar ese propósito. Son los pasos mesurables que una empresa necesita tomar para avanzar hacia su norte. Los objetivos suelen formularse dentro del marco SMART (Específicos, Medibles, Alcanzables, Relevantes y Temporales) y son susceptibles de revisión y adaptación a medida que la empresa evoluciona. Cumplen la función de transformar la visión inspiradora del propósito en hitos concretos. Por ejemplo, si el propósito es inspirar, un objetivo podría ser “lanzar tres nuevas iniciativas comunitarias para el próximo trimestre”.
El Riesgo de la Confusión La confusión entre propósito y objetivo puede derivar en una serie de desviaciones estratégicas. Si una empresa se centra demasiado en sus objetivos inmediatos sin anclarlos a un propósito más amplio, puede caer en la trampa de perseguir metas a corto plazo que desalinean sus esfuerzos del impacto duradero que busca crear. Esto no solo puede conducir a la desmotivación del personal, sino también a la pérdida de lealtad del cliente y a la dilución de la marca.
Por otro lado, una empresa que se concentra exclusivamente en su propósito sin establecer objetivos claros puede perderse en idealismos sin lograr avances prácticos. El propósito sin objetivos es como un barco con un destino pero sin mapa ni timón para navegar las aguas turbulentas del mercado.
Ejemplos en la Toma de Decisiones Consideremos una empresa de tecnología cuyo propósito es “empoderar a través de la innovación”. Un objetivo alineado sería “desarrollar un nuevo software educativo en el próximo año”. La diferenciación clara entre ambos permite a la empresa tomar decisiones estratégicas que no solo cumplen con un plan de acción a corto plazo, sino que también refuerzan su misión a largo plazo.
La distinción entre propósito y objetivo también es fundamental en tiempos de crisis. En situaciones donde se deben tomar decisiones difíciles, como recortes presupuestarios o redirección de recursos, comprender el propósito puede proporcionar claridad sobre qué objetivos son esenciales para mantener la integridad y dirección de la empresa.
En conclusión, la claridad en la distinción entre propósito y objetivo no es un ejercicio semántico; es una necesidad estratégica. Las organizaciones que comprenden y aplican efectivamente estos conceptos no solo navegan con mayor precisión hacia sus metas, sino que también construyen una identidad corporativa resonante y sostenible, en Trener Consulting podemos brindarte asesoría en este aspecto.
Ahora toquemos este tema con enfoque para la alta dirección, en el porque se debe tener claridad en estos conceptos,
Para un director, ya sea de una empresa, proyecto o cualquier otra iniciativa, la habilidad de distinguir entre propósito y objetivo es fundamental por varias razones que inciden directamente en su efectividad como líder y en el éxito de la organización que dirige.
Claridad de Visión El propósito es la visión más amplia y profunda que guía a la persona en su rol de liderazgo. Esta visión proporciona el contexto dentro del cual se formulan todos los objetivos. Al tener una comprensión clara del propósito, un director puede asegurarse de que cada objetivo establecido avance hacia esa visión, y no solo sea una meta aislada sin relevancia estratégica.
Motivación y Compromiso Los objetivos proporcionan metas concretas a corto y medio plazo, pero es el propósito el que ofrece la motivación intrínseca y el compromiso a largo plazo tanto para el director como para su equipo. El propósito responde a la pregunta del “por qué” estamos haciendo algo, lo que es crucial para mantener la motivación incluso cuando se enfrentan desafíos o fracasos temporales.
Consistencia en la Toma de Decisiones Los directores toman decisiones constantemente. Comprender el propósito permite una toma de decisiones más consistente y alineada con los valores y la misión de la organización. Sin una distinción clara entre propósito y objetivo, las decisiones pueden ser reactivas y a corto plazo, lo que puede desviar a la organización de su rumbo estratégico.
Inspiración y Liderazgo El propósito es un poderoso factor de inspiración. Para un director, articular claramente el propósito de la organización es una herramienta esencial de liderazgo, ya que inspira y alinea a los equipos. Los objetivos, mientras tanto, son importantes para la gestión, ya que proporcionan hitos claros y medibles para el equipo.
Adaptabilidad y Resiliencia El propósito permanece constante incluso cuando las circunstancias cambian, mientras que los objetivos pueden necesitar ser adaptados a nuevas realidades. Un director que entiende esta diferencia está mejor equipado para navegar por el cambio y ajustar los planes operativos sin perder de vista la dirección estratégica a largo plazo.
Legado y Sostenibilidad Finalmente, el propósito está intrínsecamente relacionado con el legado que un director quiere dejar. Es la huella duradera que trasciende los logros específicos y las metas cumplidas. Al definir y comunicar claramente el propósito, un director puede asegurar que la organización prospere más allá de su gestión inmediata y se sostenga en el tiempo.
En resumen, para un director, diferenciar entre propósito y objetivo no solo define el rumbo de su liderazgo sino que también determina la capacidad de la organización para cumplir su visión a largo plazo y realizar cambios significativos.
En Trener Consulting aprovechamos la ocasión para desear que el año 2024, este lleno de realizaciones y éxitos de acuerdo con el propósito de la organización, así como los sueños y aspiraciones personales .
